¿Quién dijo o quién impulsó la idea de que el color amarillo era síntoma de mala suerte? Pues nada más y nada menos que Moliére. El dramaturgo francés murió tras su última actuación cómica llamada “El enfermo imaginario”. ¿Y cómo así? A raíz de la puesta en escena, el actor se puso enfermo y le causó la muerte. Muchos de los críticos comentan que fue debido a la sorna que tenía el argumento de la obra de teatro y la presencia del color amarillo en el decorado. Desde entonces, este color se asemeja a las desgracias.
Pero, actualmente, los decoradores de interiores han hecho caso omiso a este bulo y han puesto de moda una nueva forma de adornar las casas.
Para estos expertos artísticos, el color amarillo es símbolo de buena energía y de alegría, pero sin embargo, comentan que hay que saber combinarlo con el resto de la gama cromática.
En los últimos tiempos, este color tan expresivo y llamativo, se ve en muchas casas con decoración modernista, y no sólo con motivos detallistas de un almohadón. Esta expresión luminosa se ve en paredes, muebles, cuadros y sofás.
En un principio, este tipo de arquitectos no lo tenían muy claro, ya que desde el medievo se viene diciendo que el amarillo es símbolo de traición hasta en los medios de comunicación, la prensa amarilla arremete contra la información veraz. Este tipo de publicaciones no tienen mucha validez. ¿Entonces a qué nos atenemos?
Se ha seguido adelante con esta idea innovadora, hasta tal punto que el color amarillo se asemeja o se compara con el color rosa. Muchos críticos especializados en arquitectura y decoración, sentencian que es “el nuevo color rosa”.
Quieren acoplar esta modalidad colorida porque es sinónimo de calor, buen humor y verano, es como sentir, que estás en una casa donde se respira tranquilidad, desasosiego pero también felicidad y optimismo.
La diseñadora Sarah Bottger señala que le gusta muchísimo este color porque sirve de complemento de otros tonos neutros y de materiales naturales.
El amarillo se puede ver en alfombras de paño ensamblado con blanco y con grises cálidos para que irradie una visualidad excepcional a todas las personas que vivan en una casa decorada así, o para los invitados que vayan algún día a visitar a los propietarios. Es una llamada de atención.
En nuestro país hemos ido al límite con este color, puesto a que una empresa diseñadora de interiores, Cosentino Group, ha fabricado cocinas completamente equipadas con ese color, un boom para tiendas de muebles, vendedores, consumidores y expertos arquitectos españoles.
En definitiva, el amarillo funciona de manera descabellada en verano, gracias a él se consigue una casa acogedora e innovadora, que muchos, seguro, lo quisieran copiar y colocar posteriormente en sus casas.
¿Qué vas a hacer? ¿Te atreves? ¡Estás a tiempo de incorporar algunas pinceladas amarillas en tu casa antes de que acabe el verano!. Deja de lado el rosa, el azul o los colores austeros y ¡lánzate a la modernidad!