Con un poco de imaginación y creatividad podrás decorar tu casa sin hacer grandes gastos para celebrar la noche más terrorífica del año. Una fiesta muy divertida a la que todos los invitados acuden disfrazados de personajes de terror y dispuestos a gastar bromas y dar muchos sustos.
Los colores que no deben faltar en la decoración son el naranja, el negro, el morado y el rojo sangre. Los elementos decorativos que utilizaremos serán las calabazas, guirnaldas de calaveras, murciélagos, brujas, telas de araña… Estas guirnaldas no te costarán mucho si decides hacerlas tú mismo, pero sí te llevaran un poco de tiempo en manualidades. Con una cartulina como plantilla, podemos dibujar las distintas figuras y unirlas en cadeneta o bien cosiéndolas con un hilo para colgarlas después de una esquina a otra de la habitación.
Las calabazas son unos de los imprescindibles en la decoración de Halloween. Según la leyenda, estas calabazas eran usadas para ahuyentar a los malos espíritus y, precisamente esta noche está llena de espíritus. La calabaza puede ser natural o bien de plástico. Si optamos por la natural, debemos vaciarla y limpiarla bien por dentro para asegurarnos de que no desprenda un olor desagradable durante la noche. El siguiente paso es dibujar los ojos y la boca que cortaremos con mucho cuidado utilizando un cuchillo bien afilado. Por último, introducimos una vela en su interior que alumbrará toda la noche.
Otro toque terrorífico lo podemos conseguir utilizando sábanas blancas para cubrir nuestros muebles para dar la sensación de una casa abandonada como en la película de “Los Otros”.
La comida también importa en una fiesta en la que todo proviene del mundo de los muertos. Hay una gran variedad de golosinas que sugieren esa pincelada terrorífica que buscamos: dedos de colores, arañas, momias… que podrán decorar los centros de mesa.
Serás un buen anfitrión siempre que recibas bien a los invitados con una copa de sangre… ¡o de vino!